Descripción
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LA VERDAD DEL GRIAL
“El enigma del Grial – escribe Pierre Ponsoye1 – es de aquellos que no cesarán jamás de despertar el interés profundo del hombre que medita, porque su lugar está más allá de todos los problemas secundarios del Espíritu, en el retiro más interior de ese misterio de intelección que, para todos los grandes espirituales, es una memoria: la memoria espontánea de las cosas divinas. Es en el corazón de esa memoria, de esa información esencial de Dios, donde quiere ser buscado su secreto”.
Sería pues un error querer situar “geográficamente” y en el tiempo esa leyenda prestigiosa que ha sabido animar dinámicamente a más de un místico.2
La palabra “Grial” es originaria del Mediodía de Francia. El diccionario de Littré la da como proveniente del antiguo francés graalz, forma particular del provenzal grazal; antiguo catalán gradalis, gradalus, especie de vaso.
1 El Islam y el Grial, Ed. Denoël, París, 1958.
2Por ejemplo, Jean Markale refiere que Hitler encargó a Otto Rahn (autor de una magnífica obra, aunque muy polémica, sobre el Grial relacionado con el catarismo) que marchase a buscarlo a los Pirineos aprovechando que acababan de conquistar Francia en los primeros años de la II Guerra Mundial. (N.T.).
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