Descripción
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INTRODUCCIÓN
El período de finales de Diciembre no puede dejar insensibles a los pueblos de Occidente, y no es solamente por la Navidad, festejada en su aspecto vulgar y material, ya que de todos modos son numerosos los que han realizado el verdadero sentido de la conmemoración del nacimiento de un Mesías, sino por todo el misterio que va unido a la llegada del Cristo Jehsú.
En el diario católico “El Voto” (Francia) del mes de enero de 1958, se puede leer: “La luz resplandeciente de Belén, la fulgurante estrella de los Magos, vino en la época de la Navidad y de la Epifanía a calentar nuestra fe, a orientar nuestros corazones hacia las realidades sobrenaturales de nuestra redención, a consolidar, en fin, las razones de nuestra esperanza y de nuestra caridad.”
Esa Luz de Belén encierra un gran símbolo que es, en primer lugar, la Fuerza magnética del Lugar como epicentro predestinado para recibir la Fuerza de Arriba, simbolizada por la “estrella” entrevista por los Magos, la “estrella” que ha sido objeto de tantos comentarios. Un planeta (quizás Venus) dispuesto en un lugar del cielo bien especial (como un signo), un cometa indicador de un acontecimiento importante o, quizás, simplemente, podría haber sido una imagen simbólica, una representación figurada para que se comprendiera que los Iniciados habían establecido un…
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