Descripción
PREFACIO
En virtud de una de esas contradicciones habituales del espíritu humano, los pueblos calificados como “primitivos” o “salvajes” son encomiados con frecuencia por sus maravillosos conocimientos científicos. Se les atribuye la posesión de fórmulas secretas cuya eficacia superaría la de los productos utilizados por nuestros químicos o nuestros médicos. Las personas que, sin dejar de menospreciar a los pueblos indígenas, hablan con admiración de su saber casi sobrenatural, demuestran una credulidad y un candor excesivos, pero están más cerca de la verdad que los que niegan a los pueblos indígenas toda ciencia digna de ser conocida.
Si bien es cierto que los indios de América del Sur no poseen drogas milagrosas, no se les puede rehusar el mérito de haber descubierto las virtudes de la corteza de los árboles de quina,1 de las hojas de coca2 y de las lianas3 y
1 Quina es el nombre comercial de la cascarilla de diversos árboles del género Cinchona, de la familia de las rubiáceas, cuyo género comprende árboles de gran belleza por la elegancia de su tronco, follaje y flores. A veces también se aplica esta denominación a las cascarillas del género Cortón, Galipea, etc. Las verdaderas quinas se distinguen con los apelativos de gris, amarilla, roja, Calisaya, etc. La más estimada es la amarilla por sus propiedades febrífugas y tónicas tan acusadas. Su cocimiento es muy amargo. Tanto este cocimiento como su alcaloide, la quinina, se usa en terapéutica. La dio a conocer en España la condesa de Chinchón hacia el año 1632, divulgándose después por toda Europa. (N.T.).
2 Voz Aimará para designar los arbustos Erythroxylum Coca (el de Perú y Bolivia) y E. hondense (el de Colombia). Las hojas de coca constituyen un típico alimento de ahorro, cuyos efectos se deben a la
Valoraciones
No hay valoraciones aún.