HACIA EL RETORNO DE LA CONCIENCIA CÓSMICA

Guía # 13 – Peldaño 10 en Camino a 21.12.2012

 

Queridos Amigos Espirituales,

¡PASH…   IN LAK´EH

 

La Navidad del 2012, signada por el Mensaje Maya, anuncia, como la de hace  dos milenios, un ascenso espiritual, una nueva Humanidad representada en una Presencia arquetípica, un símbolo viviente, un Mensaje renovador, una voz consciente con visión de futuro.  Esa es la piedra de ángulo de toda civilización armoniosa y feliz.

En  preparación para ese acontecimiento, preguntémonos qué somos realmente, por nuestra esencia, si  tenemos alguna, por nuestra perennidad por encima de nacimiento y muerte, por el sentido de nuestra presencia en el universo.

Ese ascenso del alma humana se logra gracias al Descenso del Alma universal, de la Luz: la Presencia de los Grandes Instructores de los pueblos a través de los tiempos: el Mito Solar, como lo han llamado algunos investigadores.  Sí, el Tiempo es la Ley que rige todos los fenómenos del universo y a sus seres.  Nadie puede evadir esa Ley sagrada, todos pasamos por los Portales del nacer y del “morir” en un incesante ir y venir,  bajo la dirección de los astros, esos seres luminosos.  “El Cosmos manda, el Hombre obedece.”  La sucesión de los ciclos evolutivos de la vida y la conciencia  en la Tierra está marcada por ese Descenso de la Luz Celeste  y su caminar entre los humanos.

¿Vivirá nuestra época ese milagro, tendremos el privilegio de ser testigos y partícipes del nuevo Mandato del Cielo para la Tierra?  Todas las señales que vienen aconteciendo en el mundo parecen apuntar en esa dirección.

“La gran inquietud, el gran malestar contemporáneo, no nos engañan; seamos dignos de las época que nos ha tocado vivir.  Se aproximan acontecimientos renovadores, y anhelamos para todos los seres el vivir en la PAZ del Señor”,  afirma en su IV Mensaje nuestro Maestre Serge Raynaud de la Ferriére,  Mensajero de la Era del Acuarius, quien, antes que todos, anunció en 1948 que se estaba dando inicio, cósmicamente, a esa nueva civilización de carácter planetario.  Ese año se iniciaba un progresivo proceso de transición entre la anterior Era de Piscis y la nueva; las aguas del Pasado y del Porvenir chocando en los remolinos del Presente; el viejo mundo ya no sirve a las nuevas generaciones, el futuro aún no se define, por ello estamos experimentando esas inquietudes, malestar y confusión.  Transición que durará aproximadamente hasta el 2020 (un grado precesional.)

De su Mensaje de Noel (Navidad 1949): “Los Discípulos hablan de su Maestre con amor y confianza, pero el mundo se agita…:  ¿Dónde está Él? …  ¿A dónde va Él…?  Adviertan a los Jefes de la Tierra, digan a los Poderosos que su poder está amenazado…  ¿Por quién?…  Por un pobre que no tiene ni una piedra donde reclinar su cabeza… … …

Noel esperado…   Noel bendito…   Noel Divino…”

Hoy  se habla de extraterrestres. Ayer, antiguas tradiciones de muy diversas civilizaciones en todos los continentes, honraban el descenso de Mensajeros celestes.  Es  hora de aclarar ese misterio.  En Antropología se ha denominado “Mito Solar” a esos relatos que revelan la similitud de características de tales personajes, por lo cual los investigadores creen que es un mito generalizado entre muchos pueblos, y que ese mito en realidad es una personificación del Sol en su paso delante de las estrellas del   zodíaco y por las cuatro estaciones del año.

Lo que ellos no han comprendido es que esos personajes sí han existido,   representando en su paso por la Tierra dichos procesos cósmicos de nuestro astro rey, para así promover el ascenso de la conciencia.  Es el misterio de la dimensión cósmica de la condición humana, de la correspondencia entre el Macrocosmos y el Microcosmos.  “Como es arriba es abajo” afirmó la antigua sabiduría consignada en la Tabla de Esmeralda del Antiguo Egipto, centro de Alta Iniciación.

Veamos algo de esos arquetipos consignados en los estudios sobre el Mito Solar.  En primer lugar, comentemos la enseñanza, muy sintetizada, del Maestre Avatar sobre la “Estrella de Belén” en su obra “La Magia” (P.P. 22).  En la primera página, como introito a ese tema, hace referencia a la “estrella de Belén” y la Navidad, y todo lo que ello implica desde el ángulo iniciático: “el misterio que va unido a la llegada del Cristo Jéhsu.”   Da a entender a qué vino “la luz resplandeciente de Belén, la fulgurante estrella de los Magos.”   Y afirma luego que “esa Luz de Belén encierra un gran símbolo: en primer lugar, la fuerza magnética del Lugar como epicentro predestinado a recibir la Fuerza de Arriba simbolizada por esa “estrella” entrevista por los Magos.   En seguida comenta qué podría ser esa estrella: “un planeta, un cometa, una imagen simbólica representando un horóscopo levantado por los Iniciados, en busca, con la ayuda de la astrología,  del advenimiento tan largo tiempo previsto: la llegada de un Instructor.  En fin: Iniciados, Maestros, Maestría, Magisterio…, en una palabra ´Magia´…

“El gran Arte Sagrado, la Ciencia Suprema: la Matesis (dominio de las tesis), el Magisterio, la Magia, se manifestaba a plena luz y para servir de punto de partida a esa mitología cristiana.

Los 3 Magos (emblema de los 3 grandes Colegios Iniciáticos: Europa, Asia y África) se presentaron cargados de Oro, incienso y mirra.  Ese Triple Magisterio reunido en ese lugar (el Cercano Oriente está justamente en la encrucijada de los 3 continentes) simbolizaban igualmente por sus atributos: las 3 Grandes Ciencias Superiores: Alquimia, Astrología y Magia.”

Es una página que se podría escribir con letras de oro por todo lo que allí se revela en forma tan sintetizada sobre el destino de la Humanidad.  Comentemos entonces.

Al inicio de su tratado sobre la Magia, el Maestre nos lleva a captar que la Magia verdadera y la más poderosa, es hacer descender la luz del Cielo, de las estrellas, a la Tierra cuando estén dadas las condiciones cósmicas y terrestres para ello:

1º, Que los tiempos estén maduros, que se eleve un clamor desde nuestro planeta pidiendo justicia, libertad, respeto, ante gobernantes y responsables que han fracasado en ese sentido.  2º, que el cielo esté pronto a responder a ese clamor, que haya una señal afirmativa en el firmamento.  3º, que haya un lugar abajo predestinado, adecuado, para recibir la Fuerza de Arriba simbolizada en la estrella.  4º, que haya el puente, el intermediario entre el Cielo y la Tierra, la voz consciente de la Humanidad, aceptada y autorizada por Lo Alto, para entregar el poder del mundo a esa Luz que ha de descender para recorrer los caminos del pueblo escogido; ese mediador es el Triple Magisterio, los tres Maestros y altos Magos, regentes espirituales de los tres continentes envueltos para ese momento en la dolorosa situación de los pueblos afectados: Asia, África y Europa.

En ese caso, ocurrido hace veinte siglos, ellos eran los supremos Regentes de las Órdenes Iniciáticas y sus Colegios de Sabiduría en sus respectivos continentes.  Por lo tanto, tenían la suficiente autoridad espiritual para cumplir tan elevada y delicada Misión.  Gracias a su sabiduría y a las investigaciones que realizaron al ver que se aproximaba el momento decisivo, determinaron que el epicentro terrestre para recibir ese descenso de la Luz celeste, era una región muy sensible para aquellos pueblos: la encrucijada del Cercano Oriente donde caravanas, ejércitos, viajeros, noticias y culturas se cruzaban constantemente.  Antes se habían comunicado para preparar su intervención. Para encontrar el sitio exacto, ya prevista la fecha de ese acontecimiento místico, iban preguntando por el camino en esa región.

Esos Reyes místicos iban provistos de los Tesoros sagrados de las Tradiciones espirituales de la Humanidad, esa maravillosa herencia de alta cultura, por ello portaban los emblemas de las 3 Ciencias Superiores: el incienso, la Ciencia de Arriba, la Astrosofía; la mirra, la Ciencia de Abajo, la Magia Natural (lo sagrado en la naturaleza, Obra del Creador); y el Oro, la Alquimia, la Ciencia del Medio (el Hombre, que está entre el Cielo y la Tierra.)  Por lo tanto, no debemos ver esos Regalos como objetos materiales, pues no tendría sentido entregárselos a un recién nacido.  Ellos bien sabían quién estaba en ese Pesebre: en ese pequeño cuerpo vieron la presencia de un Alma Grande, del Anciano de los Días, de la Luz estelar, de un Mandato Divino en suma, tomando forma en la Tierra para iluminar la vida de los pueblos que, ya perdida toda esperanza en los poderes terrenales, ansiaban la venida del Mesías anunciado por viejas profecías.  De allí que, de acuerdo al Mito Solar, esa Estrella del Cielo se convirtiera en la Estrella de Belén.

Esa Luz se alojó entonces en el santuario de una matriz digna y pura, cuidada y protegida por un Hombre santo, Iniciados ambos de la Orden Esenia.  Y si todo fuese una leyenda, como alegan algunos eruditos, en ella estaría escondida esa sabiduría que se manifiesta periódicamente sobre la Tierra, en los momentos álgidos  en la vida de los pueblos, para impulsar el ascenso evolutivo de la conciencia humana hacia un nivel más depurado; un paso logrado gracias a la Presencia de los Grandes Maestros, Guías Espirituales de la Humanidad, Encarnación del Mandato Divino en respuesta al clamor de las almas, Verbo hecho Carne.

¿A qué viene esa cita y estos comentarios?  A que, en mi modesta percepción, la Navidad de este año, como la de hace dos mil años, anuncia un acontecimiento similar, anunciado también por viejas profecías, que esta vez han dado la vuelta por toda la Tierra.  La mayoría de las personas ya están avisadas; en nombre de todos los seres deben prepararse para el Descenso de la Energía sublime procedente del Corazón de nuestra Patria Celeste: la Vía Láctea; rayos luminosos que son vehículo de las jerarquías angélicas que vienen a enaltecer todo nuestro Sistema Solar, no solo la Tierra, acompañando así a la “Estrella” escogida por la Suprema Voluntad para la apertura de la Edad de Oro espiritual y el despertar de la Conciencia Cósmica en la Humanidad.  Ese día, me pregunto: ¿Dónde se ubicarán el MS Maestre SRF y el MV Hermano Mayor JME?  ¿Cuál será su participación?  ¿Cómo intervendrán en función de su alta investidura y elevada Misión?  Los antiguos Mayas anunciaron el retorno de un gran Sabio para esa fecha…

Y si todo fuese una leyenda, como algunos eruditos alegan, el simple hecho de que miles de millones de seres humanos, ese día 21 de diciembre, estén concentrados mentalmente a ver qué ocurre de acuerdo a la antigua Profecía Maya, indudablemente  esa energía mental y espiritual, en estas circunstancias similares a las de hace dos milenios, agravadas porque ahora abarcan toda la Humanidad y a la Naturaleza misma, debe producir un efecto transformador muy poderoso.  Será, pues, de una u otra manera, una navidad como no la había desde hace un par de milenios.  Que así sea.  Pongamos toda nuestra fe y voluntad en ello para que se cumpla el milagro.  “Todo es Mente.  El Universo es Mental” afirma la sabiduría hermética del Antiguo Egipto, que también recibió esa Luz de Arriba, manifestada en el gran Hermes Trimegisto (Tres Veces Sabio), un símbolo muy hermoso.  “Quien tenga fe como un grano de mostaza, removerá las montañas” de inconvenientes, obstáculos, conflictos, y el pesimismo de los postrados.  FE.

Esta cosmovisión, preservada por todos los pueblos ancestrales, supervivientes de grandes civilizaciones de la más Alta Antigüedad, reúne las culturas de Amerikua,  Medio Oriente,  Eurasia,  Oceanía, en sus valores más elevados y en su apreciación de la finalidad de la existencia humana aquí en esta sagrada Madre Tierra.  Quien tenga ojos que vea, quien tenga oídos, que oiga.

En el próximo mensaje continuaremos la exposición del Mito Solar y sus variantes.  EL MISTERIO.

¡PASH…   AL LAK´EN…!

Soberana Orden Solar de Chichén Itzá

T.A-O  Domingo Días Porta

22º Cáncer, Año LXV Edad del Acuarius

(Gran  Valle  de  Chara,  Venezuela,  julio 12, 2012)

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