SINOPSIS

Bienvenida pues esta enseñanza del apóstol Santiago, basada en la enseñanza y la sabiduría de su Maestro, Jesús el Cristo, que hoy Domingo de Gloria estamos festejando que él venció a la muerte, nos da el ejemplo. La muerte no es el fin, la muerte es el paso a una nueva vida, a una vida diferente; tenemos que aprender a lograr esa resurrección; una enseñanza muy profunda de la Tradición Iniciática, la Resurrección. Una práctica muy elevada en el Yoga Superior, que el Maestre la define como matesis de psicología; el camino a la resurrección a través de la muerte para una vida nueva y no para volver a las andadas en la siguiente reencarnación, buscando afuera lo que tienes adentro.

Bien, sea este pues el mensaje en este día, Domingo de Gloria en la tradición cristiana católica, que mantiene presente la vida y el mensaje del Cristo Jesús para que no se olvide, para que no se quede en los libros, sino que cada día traigamos al presente lo que ocurrió hace muchos siglos, porque eso es un acontecimiento de todos los días, no es historia la intervención de Dios en la vida de los seres humanos; ocurre todos los días para que realmente esa palabra que ya ha sido sembrada la cultive constantemente y no en el vocabulario corriente, vulgar, que no conduce a nada, sino a la desarmonía, a la enfermedad, a la perturbación. Respetemos el Verbo Sagrado transmitido a través de la Tradición Iniciática gracias a los Grandes Maestros de la Humanidad, que no están ausentes, están presentes a través de su verbo, de sus evangelios, de quienes han sabido preservar todos los días esa presencia, a través del ritual, a través del estudio, a través de la meditación, a través de la oración.  Hoy es un llamado a aprender la técnica de la resurrección. Morir, “que muera el hombre viejo”, decía San Pablo, para alcanzar la perfecta estatura del Cristo, porque el Cristo no es la excepción, Jesús, Cristo es el Camino, él lo dijo: pasen por mí, háganlo, que pueden hacer lo que yo hago y más todavía, decía. Entonces, vivir en la atmósfera crística y no en la atmósfera de la personalidad del yo, yo soy el importante, mis necesidades, mis derechos, mis gustos; esa importancia personal que tanto daño hace. No centrarse en la persona, en el nombre, el apellido, la edad, la profesión, la nacionalidad; todas esas identidades pasajeras que son cosas sociales, esa no es la persona verdadera, centrarse en la esencia. Y esa personalidad, esos títulos de nombre, de apellido, de profesión, de nacionalidad etc., ponerlos al servicio de la Esencia, que en el centro esté lo perenne, lo inmortal… y girando alrededor, sirviéndole, la personalidad, y no al revés. Como dicen mucho: “mi espíritu”, no, no es tu espíritu, el espíritu debe decir: tú, mi servidor, mi sirviente.

Entonces, la resurrección es una práctica muy avanzada del Yoga, de Matesis de Psicología, se trata de eso; no un yoga para aflojar las articulaciones, para curarse, para quitarse el estrés; esas son cosas accesorias, secundarias, esa no es la finalidad del Yoga; la palabra yoga lo dice: Yoga, unión, la unión con la esencia, con lo eterno, con lo infinito. Lo infinito funciona en lo finito, no puede haber infinito si no hay finito, no puede haber finito si no hay infinito. Finito el cuerpo, la civilización, una casa, un carro, la comida, todo eso es pasajero, pero es necesario, es importante, porque lo infinito se manifiesta a través de lo finito, la eternidad se manifiesta a través del tiempo.

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Duración | 43 minutos y 57 segundos.

Disponible en Español e Inglés.