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Para que de vosotros surja una comunidad que llame al bien, ordene lo reconocido e impida lo reprobable. Esos son los que cosecharán el éxito.
XIII
Sabe la abeja la flor en que libar;
la hierba que comer sabe la vaca;
conoce el polen qué viento ha de llevarlo;
el agua sabe el curso que llevar
y hasta la ameba sabe
el charco en que partirse.
Pero el hombre no sabe lo que su sombra quiere
y a veces no conoce la causa porque llora.
No sabe los secretos que moran en la noche
ni que al rayar el alba una luz lo sacude.
No comprende a menudo por qué sueña o qué siente
y es frecuente también no saber lo que come…
Por mucho que investiga, las preguntas lo acosan
y ante cada respuesta surgen nuevos enigmas.
Me someto a tu guía, Señor de lo creado.
Y lo grito en el viento con todos mis hermanos.
Tomado de: http://www.webislam.com/poesia/92463-sabe_la_abeja_la_flor_en_que_libar.html
De la serie “Propósitos Psicológicos”, tomo XXIX: Los Espirituales del Islam, páginas 18 y 19, por el Maestre S. R. de la Ferriére)
El grado de iniciación concedido por un Maestro no sirve sino para situar al discípulo sobre la Via. No es ni una recompensa ni un valor exacto concordante. Toca al discípulo el disciplinarse, al mismo título que el Maestro busca siempre la Maestría de sí mismo.
El Maestro no escoge a sus discípulos, es el discípulo quien escoge a su Maestro, de allí el precepto: cuando el discípulo está preparado, aparece el Maestro. En la India, el Gurú (“disipador de tinieblas”) no pasa sus cualidades al discípulo, no hace más que prepararle la Vía. Las cualidades inherentes a los Maestros no son necesariamente traspasadas al discípulo, a menos que éste “se identifique” a su Maestro, a tal punto que se comunique intensamente hasta fundirse en su misma aura.
Las presencia física del Maestro no es indispensable al discípulo verdadero, así como el árbol no es necesario para degustar el sabor de su fruto (por sus frutos se reconoce al árbol, se ha dicho…)
Sin embargo, el hecho de elegir a un Maestro no da a su alumno un grado de iniciación, a menos que ya sepa lo que comporta el sentido real de ESCOGER A SU MAESTRO… Es decir, seguir las “huellas” del Maestro y, sobre todo, asimilar su Enseñanza, no a la letra, no textualmente, sino más bien en el espíritu, psicológicamente… Reconocer ante todo el valor (la “situación” esotérica) del Maestro.
Ese es el sentido mismo que conviene dar al hecho de ser el discípulo de Khezr… …
(Todas las obras del Maestre SR de la Ferriére se pueden bajar gratis en sergeraynauddelaferriere.net/obras/