El verdadero artista es curandero. Si ve a una persona sufriendo, toma el violín y le brinda alegría al cambiarle su vibración gracias a la músicoterapia.

Si alguien escuchase música triste, podría pensar que se trata de un piano triste; y si luego oyese música alegre, pensaría que es otro piano; pero luego descubre que es el mismo piano, el mismos músico,el mismo teclado. Nada ha cambiado afuera, el único cambio está dentro y en las vibraciones. El músico cambió de un estado triste a uno alegre; por eso cambia la vibración del instrumento musical. Si el artista es consciente de ese hecho, puede cambiar las vibraciones de una persona gracias al arte.

El médico auténtico es también un artista. Muchos van al doctor buscando un amigo, no un médico, necesitan confiar en quien los oiga y les aconseje. El paciente le cuenta su vida, acerca de su familia, etc., esperando encontrar un consejero que lo reanime; si el doctor lo manda a la farmacia, el paciente se va frustrado. Un buen doctor es más psicólogo que médico, no prescribe drogas solamente, oye, orienta, reconforta, inspira, levanta la moral.

Igualmente, el psicólogo debe ser un artista, sensible al dolor ajeno; no indolente, frío, pues el paciente no encontrará en él un apoyo, ese amigo en quien confiar. Cuando carece de arte, de sensibilidad a la belleza, a los sentimientos, al sufrimiento, a la experiencia ajena, le falta psicología.

El arte posee valor terapéutico. Pero el artista debe ser curado primero antes de poder curar a otros. Un artista con vicios no inspira a nadie. Aunque la pipa sea de oro, muy artística, la acción de fumar no lo es, sino una superstición: creer que los pulmones necesitan humo, pues la ciencia ha demostrado que necesitan tomar oxígeno y eliminar el gas carbónico, ese veneno que contiene el humo del cigarrillo.

En consecuencia, quienes toman el Sendero han de cultivar el arte, el sentido de la belleza universal más allá de “lo bonito y lo feo”, a fin de comprender y percibir la Omnipresencia Divina. El Maestre de la Ferriére da las bases en su obra “El Arte en la Nueva Era”, que muchos ignoran.

Felicitamos a la primera pareja, Jóshe y Marina, que ingresa al Ashram virtual “Yachay Wasi” (La Casa del Saber en Runa Simi o quechua, el idioma autóctono de Los Andes). Pronto empezarán su entrenamiento hacia la “sagrada familia”. Sentaremos así los postulados para cumplir con el Mandato del Maestre Avatar sobre los Ashrams (Ayllus, Kalpulis) como comunidades de familias, que suceden a los monasterios y conventos propios de la Era de Piscis, para hombres y para mujeres separados. Ante la decadencia de la vida familiar de la Era pasada, urge presentar el modelo de la familia acuariana, centrada en el Saber y la paz.

La Edad del Aguador y la Aguadora Celestes, Acuarius, trae equilibrio, unión, síntesis, y esas comunidades han de expresar el nuevo espíritu. Las ondas del símbolo astrológico del signo Acuarius manifiestan dicha unión de polaridades, mientras el símbolo de Piscis manifiesta la separatividad que caracterizó la pasada Era, concluida astronómicamente en 1948, aunque sigue prevaleciendo en las ciudades materialistas el sistema de vida de ese pasado, debido al período de transición entre dos Eras. La Humanidad vive hoy las últimas crisis de transición, y serán los más elevados en las nuevas generaciones, quienes tomarán la guía de los pueblos hacia la prometida tierra de paz y bien.

Recordemos que Amerikua, sobre todo Amerikua Sur, es, o debe ser, el centro generador de la Edad del Acuarius, de acuerdo a la Enseñanza del Maestre Avatar SRF. Ello implica una alta responsabilidad para quienes se consideran sus discípulos o seguidores en el Sur (Amazonas-Andes), ser creativos, dinámicos, liberados de la mentalidad colonizada que espera que otros lo hagan todo. Tomar iniciativas sin esperar órdenes ni la “iluminación”. La Era no se implantará mecánicamente…