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Colibrí 09
La salud: un estado de armonía entre cuerpos, órganos y tejidos
La salud implica la cooperación de órganos, tejidos, células; voluntad, emociones, sentimientos, pensamiento, hábitos. Esta fue una de las conclusiones a que llegó el grupo congregado en las instalaciones de La Honorable Academia del Sagrado Saber Ancestral (L.H.A.S.S.A.), en el taller del Sacerdocio de la Salud, dirigido por el Venerable Ajpok-Oolal, Domingo Días Porta. Destacó el principio de armonía para lograr la salud que, análogo al de la música, puede lograrse gracias al trabajo conjunto de los diferentes instrumentos que logra integrar el director de orquesta. En el caso de la armonía humana, la mente dirige el concierto o el desconcierto de todas sus partes.
La gente busca la salud y no tiene una idea clara de lo que implica. Es como buscar una persona sin saber dónde vive. Así que primero hay que informarse, orientarse.Los que buscan la salud, se supone que saben de qué se trata para poder buscarla. Los que dicen estar “saludables” deberían poder definirla. Así que yo les pregunto: ¿Qué es la salud?.
-Para mí, Maestro, es la armonía en todos los cuerpos. -Y ahora les vuelvo a preguntar: ¿Qué idea tienen de armonía?
-Un estado de gozo y alegría.
En música es utilizada con frecuencia las palabras armonía y melodía. Melodía es el cantante, y armonía, la orquesta. Entonces, la armonía viene del conjunto, que haya buena coordinación entre los diferentes instrumentos de la orquesta: batería, trombón, flauta, piano, violín, oboe. La armonía logra crearla el director de la orquesta, que en su silencio crea la armonía y todos los músicos están atentos a él. De la misma manera, la armonía en el cuerpo es la cooperación de órganos, tejidos, células; voluntad, emociones, sentimientos, pensamiento, hábitos. ¿Eso será suficiente?.
¿Qué faltará para que se sienten a tocar los músicos?.
Para que haya armonía en el cuerpo, el hombre debe de estar bien con el ambiente: en la primavera hay que vivir primaveralmente; es decir, comer, vestirse y vivir de acuerdo a lo que la estación nos trae, porque si no lo hacemos de esa manera, no habrá armonía.
Una persona sana se va a vivir a la ciudad y termina enfermo. Y es que el cuerpo depende del aire que respira, de la comida que come, de lo que oye, de lo que ve, de lo que siente; él no esta separado del alma. Hay una unión estrecha entre cuerpo, alma y ambiente; una unidad psicosomática, como dicen los médicos.
A la sabiduría puede llamársele la belleza verdadera, porque es lo que sale de la mano del Creador.
Salud y Sabiduría
Un cuerpo que desde su nacimiento mantiene sus funciones perfectas, empieza a irradiar sabiduría. Cuando a una mujer le llega la semilla a su matriz, de inmediato empieza a ejercer sus funciones como su primera maestra, su primer gurú, su primermedico, su primera educadora. Ella, la madre, toma las medidas adecuadas para esa etapa de germinación, ese momento sagrado, por lo que debe saber actuar de la mejor manera: no participar de discusiones, peleas o momentos que afecten el crecimiento armónico del pequeño que lleva en el vientre.
Los antiguos, mayas y griegos, entre otros pueblos, tenían jardines especiales para las madres embaraza-
das. El gineceo de los griegos era el jardín donde las futuras madres pasaban la mayor parte del tiempo. Ahí oían música, caminaban entre las diferentes fuentes de aguas, estatuas hermosas y evocadoras. Esas imágenes se imprimían en el subconsciente e iban modelando al futuro hijo. La imagen y su buen uso es la clave de la sabiduría; de ahí viene la palabra “magia”. El mago visualiza y crea.
Es así como necesitamos tener una idea completa de salud. Ahora dicen “salud integral”. Ya vemos un avance, porque hay que entender que si el hígado está enfermo, puede ser porque no la persona tiene conflictos con sus compañeros de trabajo o con su patrón, pero si piensa que es por una simple inflamación, y que hay que tomar una pastilla para reducirla, entonces solo va a atender los efectos y no va a ir a la causa. Así sucede con todos los órganos del cuerpo, cuyos trastornos tiene como centro a
veces otras causas.
Las equivalencias
En los estudios esotéricos sobre la salud, se habla de las equivalencias. El dolor del corazón, del hígado, del riñón, equivale a determinado estado mental, y hay que curar la causa. Al curar esa equivalencia mental, el órgano, sin necesidad de medicamentos, logra restablecerse.
La mayoría de los doctores en la actualidad, para cualquier mínimo problema, utilizan las operaciones, sin caer en cuenta que la causa de los padecimientos está en el manejo de las relaciones. Cuando la persona no se lleva bien con los demás, no comprende y no le comprenden, se trastorna el centro de las relaciones, y así desarrollan dolor de cabeza, cintura, hígado, riñón.
Ese es el punto central del Sacerdocio de la Salud, porque veo a todo mundo enfermo. Ya no importa si es una persona espiritual, si hace desdoblamientos en el astral o le hablen los extraterrestres: a todos los veo
trastornados.
Entonces, en vez de irnos por la orilla, vayámonos directo al centro, a restablecer la condición central de todo hijo de Dios, que es esa armonía original: la salud, esa sensación de bienestar, de felicidad, de amar, de aceptar las cosas como son, sin tratar de ponerle cosas que no son. Ese estado es la serenidad que viene de adentro; esa capacidad de contemplar la obra de Dios y nutrirse de ese paisaje por los ojos, por la nariz, por los oídos; esa capacidad de no culpar a nadie ni reclamarle a Dios; esa salud es un contento interior. Y esa es también la verdadera paz, porque como decía Cristo: “La paz que yo doy, no es la paz que da el mundo”; “Yo no traigo paz, sino espada”. Porque el mundo busca la paz de no tener problemas, y esa es la paz del cementerio, ahí no hay problemas, pero en la vida tiene que haber problemas.
-¿Por qué debe haber problemas en la vida?
-Porque la vida es una escuela, y todo estudiante aprende cuando resuelve problemas. El problema no es algo negativo que nos ocurre, sino positivo, porque desarrolla nuestra inteligencia. Lo que no tiene solución no es problema, puede llamársele de otra manera, como catástrofe, fatalidad, calamidad, pero en sentido estricto “problema” es lo que tiene solución.
Cada uno de nosotros sabe que aprendemos mejor cuando el profesor comienza a dejarnos problemas a resolver en casa y, como la Tierra también es una escuela y así funciona la vida, entonces durante nuestra existencia nos colocan en situaciones límite para que desarrollemos nuestra capacidad intelectual.
En la escuela nos ponen problemas de aritmética, gramática, lectura, química; y en la vida nos ponen problemas de salud, familia, dinero, política. ¡Qué bien que funcione la escuela con base en la resolución de problemas! Si entendemos eso, puede despertarse en nosotros una serenidad especial, y esa capacidad de aceptar que todo es perfecto.
Por ejemplo, un borracho, desde el punto de la sabiduría, es un perfecto borracho, porque camina, huele, habla como borracho; él no engaña a nadie en el teatro de la vida. Y lo mismo sucede con el hombre triste: es un triste perfecto; y el alegre, un perfecto alegre.
En los estudios esotéricos sobre la salud, se habla de las equivalencias. El dolor del corazón, del hígado, del riñón, por ejemplo, equivale a determinado estado mental, y hay que curar la causa. Al curar esa equivalencia mental, el órgano, sin necesidad de medicamentos, logra restablecerse.
El Maestre Avatar afirma que solo los que estudian simbología pueden alcanzar la verdad. Esa no es una frase, sino una llave de oro, porque el que estudia el simbolismo,
tiene en sus manos un poder muy grande.
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