Renueva el Rector las bases del trabajo iniciático de la Orden


Con un taller impartido en La Honorable Academia del Sagrado Saber Ancestral (L.H.A.S.S.A.), el Ven. Ajpok-Oolal, Domingo Días Porta, actualizó el ritual del “antenaje”. Al cambiar la base del altar y la posición de los elementos, busca que los discípulos de la Orden se ajusten al avance de la Nueva Era. Con esta renovación, pide hacer “borrón y cuenta nueva”, no inmiscuirse en más polémicas con las diferentes GFU‟s y hace una semblanza del momento en que se encuentra el trabajo dejado por el Maestre Avatar, Serge Raynaud de la Ferriére, y con ello reorienta los pasos a seguir en el sendero de la Escala Aerosómica.

Todo está cambiando por voluntad de Dios. Hoy está en crisis la economía, la familia, el dinero, el sexo. Y todo está revuelto porque Dios está enviando nuevos patrones de conducta, nuevos “mandamientos” que están agregándose a los antiguos. Algunos lo entienden y otros no o se resisten.

Vivimos en un periodo caótico, pero el Caos precede al Cosmos, afirma la tradición antigua. “Cosmos” quiere decir “orden”, de ahí viene la palabra “cosmético”, de ordenar, arreglar, embellecer; primero es el Caos, después el Cosmos.

Tenemos que hacer “borrón y cuenta nueva”, porque todo lo hecho hasta ahora ha sido como un caos, porque el Maestre Avatar no ha sido entendido. Él no ha sido estudiado a fondo. Por lo general así es el comienzo, y poco a poco llega el Orden, el Cosmos. Lo que hemos vivido ha sido más bien una ilusión, un bello sueño. Me imagino que eso mismo les pasó a los primeros cristianos, cuando oyeron hablar a los apóstoles: “aquí estuvo entre nosotros el enviado de Dios”. Y tal vez la gente sentiría algo bonito, pero a la vez quizá tendrían sus dudas: ¿Pero por qué lo crucificaron? ¿Cómo vamos a adorar a un muerto?.

Y, en medio de ese caos, en el principio del cristianismo fue creándose un orden. Así tenemos que salir de lo hecho hasta ahora, salir de ese bello sueño, de esas ilusiones y entrar a lo que en la Tradición Iniciática se conoce como las Bodas alquímicas, a la unión con Dios, del que trajo el poder de unión. Y para eso hay que practicar lo que en el Tíbet llaman el Gurú-Yoga, o sea, la “unión con el Maestro, el enviado, el Ser de Luz”.

Hay que entender lo que el Maestre Avatar explica acerca de lo que es el Cristo, para participar con más conciencia en la Ceremonia Cósmica que él nos dejó o en el “antenaje”. Él propone que cada jefe de familia haga la ceremonia en su casa, pero que lo hagan bien hecho. Hay que evitar hacerlo para salir del paso, de manera rápida, inconsciente, mecánica, sino hacerlo con toda entrega, con mística, para vibrar en ese instante de la oración con el rayo divino, el rayo Crístico.

Es por eso que son necesarios estudios profundos, para comprender y practicar la teúrgia y la magia ceremonial. Ahora no es posible, porque falta interés y preparación en el candidato. En el futuro habrá una universidad iniciática de altos estudios para el que quiera do- minar esta materia, como ahora lo hacen algunos estudiantes que van a la universidad y aunque pasan sacrificios y a veces hasta hambre, pero ahí se entregan cinco o seis años para obtener su título profesional. Así será en el futuro en relación con los estudios iniciáticos.

Por supuesto que eso existe, pero de una manera tradicional y no reconocida de manera oficial por la sociedad. Ese conocimiento está en la “Universidad del Amazonas”. Con ciertas tribus amazónicas, que aún viven ahí, en cinco o siete años puede recibirse la herencia sagrada que guardan los iniciados en ese lugar. Ahora tenemos que reunirnos de manera ocasional, porque la gente esta atrapada en el mundo, y eso impide un verdadero entrenamiento en esa área.

Es por eso que tenemos que salir del bello sueño, de la ilusión, que es bonita, pero hay el peligro de la des- ilusión. Ya muchos se han cansado. Solo conocen del Maestre Avatar su faceta como escritor. Nadie les ex- plica con claridad lo que significa la presencia de un delegado del cielo, de un mensajero, y tenemos que salir de esa etapa.

Dejémonos de cuentos. Vamos de una vez  a un trabajo serio.  Eso  de “Gran Fraternidad Universal” (GFU) suena incongruente. Lo “grande” no se le ve por ningún lado; tampoco lo “universal”, porque están encerrados en una casita y están ahí solo tres o cuatro personas, que se creen los dueños del mundo. Eso estuvo bien al principio, porque así empieza el niño y el adolescente, con sueños e ilusiones. En esa etapa de la vida, el niño cree que su papá es el mejor del mundo. Pero ya hay que terminar con eso y pasar a una etapa madura y responsable sobre el rumbo que debe tener ahora la Misión.

Espiritualmente seguimos en la niñez o adolescencia, pero, repito, tenemos que madurar. Han transcurrido ya 60 años de la Nueva Era. Es tiempo suficiente para dar un paso definitivo. En la historia del cristianismo, 50 años después de la aparición de Cristo fue cuando empezó a sonar su nombre. Al principio fue solo en Palestina, pero luego comenzó a saberse en otros sitios.

En la Era del Acuarius, que es la era de la rapidez y viajamos a la velocidad del sonido, la iniciación acelera la comunicación y la evolución. Repito: ya son muchos, 60 años, como para seguir en la escuela primaria y seguir en la rutina y en la práctica de un yoga, una astrología, un vegetarianismo superficial y un naturismo materialista. Eso puede aceptarse durante la niñez o hasta en la adolescencia, pero tenemos que dar el paso adelante y ver de qué se trata todo esto. Ya no nos engañemos, porque hay el riesgo de caer en la mentira y engañarnos y engañar a otros de manera inconsciente, y eso no lo podemos permitir. Los altos Iniciados, que vigilan aún en sus sitios de retiro, no aceptan truquitos, componendas, jueguitos.

Debemos utilizar el método de ensayo de error, porque las cosas no han ido por buen camino y han erra- do el rumbo. Hay que retroceder para tomar el rumbo verdadero: se enferman los vegetarianos, los astró logos no logran iluminar su destino ni vencer sus karmas o cuadraturas; los yoguis no logran iluminar sus chacras. Algo pasa. Y es urgente to- mar medidas. De mi parte no acepto seguir así, ni quiero que los  que estén con migo sigan así, porque un día van a llegar a la decepción y eso no es justo.

“Ya son muchos 60 años como para seguir en la escuela primaria, la rutina y en la práctica de un yoga, una astrología, un vegetarianismo superficial y materia”.

Pablo Taizán medita frente al fuego sagrado que se enraizó en Zirahuén

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