Sobre

SERGE RAYNAUD DE LA FERRIÈRE

La Era de Aquarius

Cuando en marzo de 1948 el Dr. Serge Raynaud de la Ferrière anunciaba que estábamos entrando en una Nueva Era, la Era del Aquarius o del Aguador  Celeste, unos pocos le “creyeron”, y otros, muy pocos, “sabían” de qué se trataba. Ahora, ya muchos “sabemos”, por los cambios que estamos experimentando en el modo de vida y en las aspiraciones de la humanidad, que sí, efectivamente, algo ha cambiado y sigue cambiando en las mentes y corazones de los hombres. Parece que todos estamos de acuerdo en que ha comenzado una Nueva Edad, la Edad de Oro prometida. Pero… por ejemplo, cuando comienza el verano, “sabemos” que es porque el Sol se encuentra en el punto más alto de su recorrido (aparente) a través de la eclíptica. Entonces, ¿qué fenómeno astronómico se da para que comience la Era de Aquarius?
Veamos un poco de Astronomía. Sabemos que, debido al movimiento de rotación de la Tierra sobre su eje, se producen los días y las noches.

También sabemos que, debido al movimiento de traslación de la tierra alrededor del Sol, se producen los años. Y también sabemos que, debido a que el ecuador de la Tierra está inclinado, respecto al ecuador celeste, 23º 27’, se producen las estaciones.

En la figura siguiente observamos las posiciones de la Tierra respecto al Sol, y las fechas de los solsticios y equinoccios.

Los solsticios  (del latín solstitium , “Sol quieto”), son los momentos del año en los que el Sol alcanza su mayor o menor altura aparente en el cielo, y la duración del día o de la noche son las máximas del año, respectivamente. Astronómicamente, los solsticios son los momentos en los que el Sol alcanza la máxima declinación norte (+23º 27’) o sur (-23º 27’) con respecto al ecuador terrestre.

Los Equinoccios (del latín aequinoctium, “igual noche”) son los momentos del año en los que el Sol está situado en el plano del ecuador terrestre.  El paralelo de declinación del Sol  y el ecuador celeste coinciden.  Ocurre dos veces por año: el 20 o 21 de marzo y el 22 o 23 de septiembre de cada año, é[]pocas en que los dos polos de la Tierra se encuentran a igual distancia del Sol, cayendo la luz solar por igual en ambos hemisferios. En las fechas en que se producen los equinoccios, el día tiene una duración igual a la de la noche en todos los lugares de la Tierra.

Pero… hay una circunstancia más: como vemos en la figura anterior, el eje de la Tierra no siempre está apuntando al mismo lugar del Firmamento: hace unos 13.000 años apuntaba hacia la estrella Vega, de la constelación de la Lira, y, en la actualidad, lo hace hacia la estrella Polar, que es la más brillante de la Osa Menor.

Ese movimiento hace que el “Punto Vernal”, que es el lugar del cielo en el que se produce el comienzo de la primavera, no esté siempre en el mismo lugar y se vaya desplazando en el sentido contrario de aquel en el que se desplaza el Sol en su movimiento anual (aparente) alrededor de la Tierra. Es decir, el Sol en apariencia va de Aries a Tauro, Géminis… (Marzo, Abril, Mayo…) o primavera, verano, otoño… Pero, el “Punto Vernal” se desplaza en sentido contrario, como indica la flecha roja. Por eso, porque cada vez ese punto de comienzo de la primavera se encuentra “antes”, es por lo que a ese movimiento se le llama de “precesión de los equinoccios”: porque el punto en el que se producen los equinoccios “precede” al del año anterior.

En el dibujo de la página 2 podemos observar que el movimiento de la órbita de la Tierra es contrario al sentido del de precesión.

Así como el movimiento de rotación de la Tierra se produce en 24 horas, y el de traslación alrededor del Sol dura un año, el de precesión es de 50’’ de arco cada año. Si hacemos cuentas, veremos que, a razón de 50’’ por año, tardará en “retrogradar” UN GRADO, 72 años; y los 30º que tiene cada signo zodiacal (72 x 30) 2.160 años.

Pero en el cielo no hay “signos”, sino constelaciones, que son agrupaciones de estrellas. Los signos, sí, se han hecho todos iguales, de 30º, para que sean iguales las 12 divisiones del círculo de 360º. Pero las constelaciones no son todas iguales, como se puede observar en el dibujo siguiente.


Además, debido precisamente al movimiento de precesión de los equinoccios, en la actualidad no coinciden los signos con las constelaciones. Sí coincidían hace 2.000 años, cuando el Maestre Jeshú comenzó su Misión Pública. Como la constelación de Piscis tiene un poco más de 27º (27º 3’ 20”), resultaría que, a razón de 50” por año, entraría en la constelación de Aquarius en 1948.

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Pues bien, ya en la “primavera”, que es el verdadero principio del año, (el 21 de marzo en el hemisferio norte) de 1948 comenzó la Era de Aquarius, la Era del Aguador Celeste.

GANÍMEDES

Descrito como un “joven de gran belleza”.

Hasta aquí el aspecto astronómico de lo que se llaman las Eras Precesionales. Seguiremos con el aspecto “histórico”.
Que Él bendiga a todos.