ACCIÓN POR LA UNIDAD MUNDIAL (A.U.M.)
Movimiento cívico, cultural, educativo y espiritual, integrado por personas y grupos procedentes de diferentes pueblos, culturas y credos, abrazados en una sola familia planetaria, con la finalidad de servir a la Humanidad a través de la sociedad a la cual pertenecemos.
Pueden participar agrupaciones y personalidades que laboran desinteresadamente por el bien humano para promover una cultura de paz, diálogo e intercambio de iniciativas y conocimientos.
Es el espíritu de fraternidad universal llevado a la práctica, no como una institución separada de las demás, sino como la Humanidad en paz, unificada por encima de barreras idiomáticas, políticas, ideológicas. Para contribuir a lograrlo, buscamos el acercamiento entre los diversos grupos, países, razas, culturas, tradiciones y pueblos que la integran.
Por ser un movimiento de integración cultural intercontinental, pueden participar en igualdad de condiciones personas, instituciones, agrupaciones, credos, que estén de acuerdo en trabajar conjuntamente
por el desarrollo humano y el bienestar de los pueblos. Así aportamos juntos nuestro grano de arena para heredar a las nuevas generaciones, una mejor calidad de vida y de ambiente, una sociedad en proceso renovador, sin fronteras que separen, liberada de pugnas, ambiciones, enfermedades y demás formas de decadencia espiritual y humana.
Acción por la Unidad Mundial se fundamenta en el Mensaje presentado por el Venerable Maestro Dr. Serge Raynaud de la Ferriére (1916-1962) como Mensajero de la futura civilización de la Era del Aguador Celeste,Acuarius (los próximos dos mil años a partir de 1948.) Mensaje por la preservación y difusión de la Tradición Iniciática universal, la herencia cultural y espiritual de todos los pueblos, actualizada de acuerdo a la intelectualidad y aspiraciones propios de estos nuevos tiempos.
Ello implica darle vigencia y aplicación práctica a las enseñanzas milenarias que siempre han orientado a los pueblos a través de los vaivenes de la historia, en busca de un desarrollo más armónico, tanto social como individual. Estas enseñanzas se han preservado en la memoria colectiva de los pueblos originarios en todos los continentes, y en la vida de sus sabios y comunidades. La sociedad industrial, sin raíces en el tiempo, necesita urgentemente este saber enaltecedor, para sanar de sus achaques y enfermedades.
Hoy contamos con recursos como nunca antes, para lograr la realización de las más nobles aspiraciones del espíritu humano. Unidos, hombres y mujeres de buena voluntad, podemos impulsar una acción transformadora, ascendente, hacia esa meta universal. Separados somos débiles, unidos seremos fuertes para construir esa hermosa visión, digna de la esencia espiritual del ser humano. Construyamos juntos lo que podríamos llamar las Naciones Unidas del Espíritu, demostrando que las diferencias acercan, no alejan; es el requisito para una felicidad compartida y permanente, es la base de la ciencia de la paz.
ESTÁN TODOS INVITADOS A PARTICIPAR DINÁMICAMENTE EN ESTA BÚSQUEDA DE ACERCAMIENTO POR LA PAZ UNIVERSAL.
Que la Paz no sea una simple palabra manipulable, sino una ciencia y un arte sagrados que se pueden estudiar para vivirla en su sentido profundo y creador de una convivencia armoniosa.