SINOPSIS

Hay dos columnas, la masculina y la femenina, y están al mismo nivel; porque en el mundo del espíritu no hay dualidad, hay unidad. El que pretenda seguir con conceptos de división, todavía no ha comprendido el néctar, el vino, lo sagrado de la sabiduría eterna. En el mundo de abajo hay dualidad, pero arriba, solo unidad. Eso es el Talmud, el trabajo en la dualidad. Tenemos que trascender los conceptos que nos dividen, porque DIOS es amor y es unidad. El hombre lo que quiere, en su esencia, es buscar el retorno al estado prístino del alma a su esencia donde se originó; y por eso la madre, la mujer, tiene una responsabilidad de criar, orientar, corregir al niño y luego en el hogar ayuda a corregir desviaciones, interpretaciones y condiciones impropias del hombre. Ella está ahí para hacer que el hombre corrija sus defectos y regrese a la pureza, porque los errores no son del alma, el alma por esencia es pura. En colaboración con el hermano Rosman Barón, discípulo de segunda dignidad en nuestra Orden.

Duración | 43 minutos y 55 segundos.

Disponible en Español e Inglés.