Euler nació en Basilea en 1707, donde estudió junto con otro gran científico de la época, Johann Bernoulli. Con tan solo 23 años, fue nombrado catedrático de física, y tres años después de matemáticas. Euler fue un luchador innato, ya que antes de cumplir los treinta, comenzó a perder la vista de manera progresiva, hasta que se quedó casi ciego al final de su vida. Esto no le impidió ser una de las mentes privilegiadas de la investigación de la época, escribiendo numerosas obras científicas.

Leonhard Euler realizó aportaciones muy diversas en campos como la aritmética, la física, la astronomía o la geografía. Gracias a su trabajo, hoy en días las cuestiones matemáticas y físicas se representan en términos aritméticos.

Su productividad fue enorme, hay quien considera que Euler escribía libros de altísima calidad científica de un tamaño de 800 páginas por año. Hoy dentro de su legado podemos encontrar una gran variedad de aportes a las matemáticas, tales como las fórmulas, los polinomios, las constantes o las líneas de Euler. También, cómo no, las integrales eulerianas, de gran impacto incluso hoy en día en la investigación. El doodle de hoy de Google también nos recuerda otro de los aspectos clave del trabajo de Euler: la introducción de la letra ‘e’ como base del logaritmo natural o neperiano.

Sus aportaciones científicas también fueron importantes en áreas como la teoría de grafos. En 1736, Euler fue capaz de resolver el conocido como “problema de los puentes de Königsberg”. A la solución que aportó se le considera como el primer teorema de la teoría de grafos. Otros trabajos relacionados con la geometría incluyeron el teorema de los poliedros o el concepto conocido como característica Euler del espacio.

En conmemoración de su obra, Euler ha aparecido en la serie sexta de los billetes de 10 francos suizos, además de en sellos postales de Suiza y Alemania, también fue reconocido al ser bautizado el “asteroide Euler” en su honor en 2002.

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