Se dice que  uno es reencarnación de un antepasado de los que figuran en su árbol genealógico familiar.  Árbol  que se remonta de generación en generación hasta los tiempos más lejanos en la historia de la humanidad.  No reencarna la persona que vivió en un pasado lejano, sino el principio abstracto que tomó esa forma, y que ha vivido innumerables personalidades o moldes adaptados a una época y lugar.  Moldes que se deshacen al abandonarlos para que nuestro principio o esencia pase a otro tiempo y espacio, llevando solo el nivel de madurez de conciencia alcanzado y las huellas kármicas.
No podemos recordar esas vidas o moldes, porque el cerebro es nuevo cada vez, no tiene registro en su memoria de ese pasado lejano.  Se pueden investigar las vidas pasadas por otros conductos diferentes a la memoria cerebral, como los sueños, el código genético, la carta natal,  evocaciones al viajar por algunos lugares y al conocer ciertas personas; se nos hacen conocidos esos sitios o personas a pesar de ser la primera vez que los contactamos en esta vida.  Todo ello serviría de punto de partida para una investigación metódica en base a las leyes del Tiempo desde el ángulo esotérico.
El propósito de esa investigación es el de comprender mejor nuestro presente y prevenir y preparar un futuro mejor.  Limpiar los registros del pasado guardados en el inconsciente para seleccionar unos y descartar otros, abre cauce a energías internas represadas para avanzar hacia la Liberación de nuestra esencia verdadera.
T.A-O DDIASP