Este año 67 de la Era del Aguador-Aguadora Celeste, Acuarius (el signo del Cántaro del Agua del Saber que satisface la sed espiritual, segundo año del primer katún del nuevo ciclo maya) nos sorprende con la presencia en directo del planeta Urano en Aries, signo de Fuego y del Yo Soy. Urano es el Regente del signo y constelación Acuarius y por lo tanto Regente de la Edad Acuariana. En Astrología es el planeta de las transformaciones profundas, de los cambios y revoluciones radicales; tarda siete años en recorrer cada signo; entonces, según el signo que ocupe, por allí va la Edad del Acuarius, partiendo de Géminis en 1948, adonde retornará el 2020, cerrando el primer grado precesional de la Era o etapa de transición de Piscis a Acuarius.

Nuestro accionar como Misioneros, Mensajeros y Educadores de esta nueva civilización, debe adaptarse a ese proceso evolutivo que traza Urano y que se objetiviza en la realidad social y natural y sus hermosas crisis transicionales que sacuden las conciencias y la vida de los pueblos así como a los reinos naturales. La enseñanza, el lenguaje y la metodología del trabajo sobre sí mismo y con la colectividad debemos irlos ajustando a este proceso de la progresiva transición del mundo pisceano (los dos mil años pasados, Era del Creer) hacia el acuariano (los siguientes dos mil años, Era del Saber. Saber que no niega el Creer sino que lo ilumina y fortalece.)

En consecuencia, debemos orientar nuestro proceder hacia una mejor definición y concepción de la Meta y sus objetivos, que nos señaló el Fundador y Avatar del Acuarius, Maestre S. R. de la Ferriére. No seguir repitiendo las formas de trabajo aplicadas en el pasado, desde 1948, lo cual sería un estancamiento, sino movernos de acuerdo a los cambios que vienen ocurriendo como abanderados que somos de esta Era, junto con otros abanderados, mentes avanzadas en los diferentes campos de la cultura y la sociedad. Pues como bien dice el Maestre, la Era es un acontecimiento cósmico que se manifiesta de múltiples maneras, no se reduce a pequeños grupos ni a instituciones limitadas que pretendan monopolizar el espíritu acuariano, sino que se desborda por todas partes, en la ciencia de avanzada, el arte, la religión, la filosofía, los movimientos sociales, la nueva psicología; hasta en los cambios en la naturaleza, ecología, climas, etc. Cambios que no deben asustarnos, sino fortalecer nuestra confianza en las leyes evolutivas que rigen la existencia universal.

La Meta única la estableció el Maestre: LA REEDUCACION DE LA HUMANIDAD. Que no se refiere a simplemente enseñar Yoga, Vegetarianismo, Astrología y demás materias iniciales, como él lo indicó, sino, y es mi deducción, a diseñar cómo debe ser la nueva civilización acuariana basada en la paz, el saber, el retorno a la naturaleza. Una sociedad con metas, que la sociedad actual no tiene, solo objetivos inmediatos, limitados, generalmente materiales; su espiritualidad se encuentra estancada. Ese diseño implica visualizar, soñar, investigar, proyectar, estudiar, esa nueva realidad social e individual del futuro, haciendo tabla rasa de las viejas concepciones, y solo seleccionando lo mejor de la herencia cultural, espiritual y social del pasado, sin permitir contrabandos de cosas decadentes y dañinas.

En suma, debemos prepararnos para transmitir el nuevo estilo de vida (en todos los órdenes) que ha de imperar de ahora en adelante. El paso de Urano por Aries permite la afirmación del Yo Soy, del Ser en sí, como punto de partida y motor de los siguientes cambios o pasos: en la célula familiar, en la relación de pareja, la educación, la espiritualidad, las formas sociales, la economía, gobierno, relaciones humanas y con la naturaleza y el cosmos, etc.   Una concepción del ser y de la vida claramente definida, que llene el vacío y la angustia existencial de la gente de estos tiempos tan exigentes.

En tal sentido estoy orientando la parte del trabajo misional que me corresponde, y que quiero compartir en esta gira que pronto iniciaremos. Espero encontrar mentes abiertas y voluntades participativas en este siguiente programa hacia el establecimiento de las fundaciones de la Edad del Aguador Celeste. Construir una nueva civilización no consiste en construir edificios, avenidas, fábricas, hospitales, sino en echar en las mentes, y en la manera de vivir, las nuevas ideas, la visión que el Creador nos hace llegar. Preparar el V Reino Universal, el Reino de Dios, del Espíritu Crístico, la Tierra Pura del Buda. Los Misioneros del Acuarius debemos ser revolucionarios, no conformistas ni conservadores, no hacer cambios cosméticos, de fachada, sino ser uranianos, solares, luminosos, visionarios, dinámicos. No postrarse. No mirar hacia atrás sino hacia adelante. Fue así como surgieron la civilización cristiana, la budista, el Islam, la maya, inca, tolteca, la India de los Rishis, los Celtas, y por qué no decirlo: la gran civilización amazónica, no divorciada de la naturaleza, fortalecida en su última etapa por el gran Maestro Amalivaka.

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